@morguefile |
Por desgracia, ni los empresarios, ni los trabajadores, ni siquiera los gobernantes que prefieren mirar a otro lado, están preparados para asumir este nuevo sistema de contratación. Ha costado descubrir que pagar no es sinónimo de aumento de dividendos, sobre todo si se deja fuera de la ecuación a los compañeros de trabajo. Ha costado descubrir, reitero, que los resultados económicos son siempre productos del trabajo colectivo.
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No todo es desechable ni todo es tan bueno como lo
pintan, en lo que se refiere al trabajo a tiempo parcial. Hay miedo y rechazo,
desconocimiento y oportunismo. Si una empresa plantea a un trabajador la
posibilidad de trabajar a tiempo parcial, en nuestro mercado laboral local, se
disparan todas las alarmas en términos de derechos laborales, subsidios,
bonificaciones, etc., porque no existe una normativa clara que regule esta
posibilidad. Muchos empresarios ni siquiera saben en qué términos contratar.
Por otro lado, a pesar del mensaje cada vez más insistente de que el trabajo a tiempo parcial favorece la conciliación familiar, equiparando la participación de las parejas en la gestión del hogar, los sueldos derivados de este tipo de contrato son completamente insuficientes para asumir la manutención de la familia.
Todo esto sin olvidar el marco en el que se produce, mayoritariamente, este tipo de contrataciones. Gran parte se debe a lo que podríamos llamar una incidencia laboral donde, los contratados a tiempo parcial, cubren bajas o suplen ausencias de corto plazo, sin convertirse nunca en una dinámica constante en el tiempo.
Y si miramos el lado ideológico, nos encontramos que muchos profesionales se niegan a someterse a este tipo de relación laboral, porque consideran que el largo tiempo dedicado a formarse, sumando carreras y carreras en los currilums, no se merece un empleo a tiempo parcial. Por desgracia, la falsa idea de que un proceso largo de formación debe garantizar una estabilidad laboral, no parece ser el mejor camino para afrontar la realidad del mercado laboral actual.
Finalmente, aparece el factor económico. Es evidente que la crisis se ha llevado consigo los recursos de familias enteras, maletas a rebosar de curriculums, doctorados, master, etc., y coincidimos en un terreno de necesidad económica acuciante que supera con creces la capacidad que puede asumir un sueldo por trabajo a tiempo parcial. Es decir, para sobrevivir, las familias necesitan más ingreso de lo que pueden generar estas alternativas, sobre todo porque no encuentran las ayudas para complementar sus exiguos ingresos, y con un sueldo parcial casi nadie suma la cantidad mínima para sobrevivir.
Indiscutiblemente existe un encuentro de intereses o de necesidades que deja en claro una realidad: cada día aumentan los indigentes, la pobreza, los niños desnutridos, los excluidos sociales, los…
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Todo esto sin olvidar el marco en el que se produce, mayoritariamente, este tipo de contrataciones. Gran parte se debe a lo que podríamos llamar una incidencia laboral donde, los contratados a tiempo parcial, cubren bajas o suplen ausencias de corto plazo, sin convertirse nunca en una dinámica constante en el tiempo.
Y si miramos el lado ideológico, nos encontramos que muchos profesionales se niegan a someterse a este tipo de relación laboral, porque consideran que el largo tiempo dedicado a formarse, sumando carreras y carreras en los currilums, no se merece un empleo a tiempo parcial. Por desgracia, la falsa idea de que un proceso largo de formación debe garantizar una estabilidad laboral, no parece ser el mejor camino para afrontar la realidad del mercado laboral actual.
Finalmente, aparece el factor económico. Es evidente que la crisis se ha llevado consigo los recursos de familias enteras, maletas a rebosar de curriculums, doctorados, master, etc., y coincidimos en un terreno de necesidad económica acuciante que supera con creces la capacidad que puede asumir un sueldo por trabajo a tiempo parcial. Es decir, para sobrevivir, las familias necesitan más ingreso de lo que pueden generar estas alternativas, sobre todo porque no encuentran las ayudas para complementar sus exiguos ingresos, y con un sueldo parcial casi nadie suma la cantidad mínima para sobrevivir.
Indiscutiblemente existe un encuentro de intereses o de necesidades que deja en claro una realidad: cada día aumentan los indigentes, la pobreza, los niños desnutridos, los excluidos sociales, los…
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