En muchas ocasiones la propia búsqueda sin
cuartel de una idea excepcional incapacita para encontrarla. Cuando la obsesión
por ofrecer un producto genial al mercado se hace imperiosa, es mejor abandonar
la búsqueda y empezar de nuevo, porque las probabilidades de fracasar crecen
exponencialmente. No existe la innovación sin límite.
@morguefile |
Antes de centrarse en el argumento central
hay que tener en cuenta la diferencia entre tener una idea e innovar, porque lo
segundo es la realización del primero, es convertir la idea en un valor capaz
de actuar en el mercado. No siempre esta materialización debe partir de una concepción
completamente nueva. Establecer pequeños objetivos partiendo de los elementos del
entorno cotidiano puede ser la mejor forma de empezar.
En uno de los viajes en tren de
la ciudad hacia las afueras, comprobé maravillado la grandeza de la sencillez a
la hora de innovar. Llevados por la crisis, muchas personas han pasado de vivir
bien a la mendicidad, esto no es nada nuevo. A cada día que pasa crece el número
de personas que piden limosna en los transportes públicos. Algunos piden por
compasión, otros recurren a la voluntad de los pasajeros, a sus deficiencias
físicas, a sus conocimientos musicales o a un sinfín de recursos que no se
diferencian entre sí en los planteamientos ni en los contenidos.
Enlaces relacionados
- Alimentar la iniciativa - Eres como te ven los demás - Vivir el sueño de otros - Sin actitud no hay negocio - Cultivar el talento |
Hace poco tiempo, para mi sorpresa, subió al
vagón donde me encontraba una mujer, ataviada de su mejor recurso indumentario,
y empezó a hablar sobre su problema: al parecer tuvo una casa que se la
arrebató el banco por su incapacidad de hacer frente a los compromisos de la
hipoteca, había estado trabajando como docente en una institución pública que
la dejó en el paro acometiendo brutales recortes, tenía un marido enfermo
despojado de los servicios médicos fundamentales porque no podían pagar los
medicamentos, etc. Su línea argumental la llevaba a proclamar en voz alta su
ferviente deseo de que los demás nunca padecieran los mismos ataques sociales
que sufría ella de parte del banco, los recortes o las enfermedades. Cuando
acabó su discurso el 90% de los pasajeros rebuscaron en sus monederos y
depositaron en sus manos todas las monedas que podían. Aquello fue el mayor
éxito que yo había contemplado en la empresa de la mendicidad. Pero la cosa no
acababa ahí, cada vez que me cruzaba con aquella mujer, veía cómo mantenía el
mismo nivel de aceptación por parte de los pasajeros.
Entonces, al analizar el motivo de su éxito, llegué a la conclusión de que había innovado la mendicidad, trabajando un mensaje tan bien elaborado que abarcaba el miedo de las personas por acabar como ella, la rabia acumulada por la mayoría hacia los bancos, quienes habían sido rescatados por los gobiernos antes que los ciudadanos, la extraordinaria cantidad de personas con compromisos hipotecarios en situación de peligro, y todos los pasajeros en paro o con posibilidad de encontrarse en esa situación. Esto me demostró el valor de un mensaje bien ajustado al perfil de los posibles clientes. Tal fue la trascendencia de esta nueva forma de mendicidad que unos meses después, la mayoría de los que pedían en el tren habían acuñado la misma estrategia y habían utilizado el mismo formato, el mismo mensaje.
Entonces, al analizar el motivo de su éxito, llegué a la conclusión de que había innovado la mendicidad, trabajando un mensaje tan bien elaborado que abarcaba el miedo de las personas por acabar como ella, la rabia acumulada por la mayoría hacia los bancos, quienes habían sido rescatados por los gobiernos antes que los ciudadanos, la extraordinaria cantidad de personas con compromisos hipotecarios en situación de peligro, y todos los pasajeros en paro o con posibilidad de encontrarse en esa situación. Esto me demostró el valor de un mensaje bien ajustado al perfil de los posibles clientes. Tal fue la trascendencia de esta nueva forma de mendicidad que unos meses después, la mayoría de los que pedían en el tren habían acuñado la misma estrategia y habían utilizado el mismo formato, el mismo mensaje.
imagen: @morguefile
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