Autora: Irene Herrero Una colaboración para este blog
Érase una vez... un rey de un lejano y pacífico reino que
amaba tan profundamente a la
Naturaleza y los animales, que le pidió al monarca que
habitaba en el llamado reino de la selva, que cuidara de un mágico lugar
bautizado con el nombre del reino de los sueños. Necesitaba ayuda urgente, pues
sus animales se encontraban en grave peligro de extinción debido a las
cuentas cacerías que allí se ejecutaban por parte de los turistas que acudían
por el placer de arrebatarles la vida a aquellos nobles animales de tan
hermosas y variadas especies.
El monarca que reinaba en
aquel idílico lugar había fallecido y estas bellas criaturas se encontraban
desamparadas.
Ni corto ni perezoso, el
rey de la selva viajó al reino de los sueños para restablecer el orden perdido
entre aquellos desalmados cazadores. Pero, el olor a pólvora mezclado con sangre
caliente, inoculó en su alma el gusto por tales espectáculos hasta límites
degradantes. Y así, en mitad de una cacería y completamente en trance, cayó al
suelo y entró en un profundo sueño...
Rodeado por aquella multitud de animales, se acerca un elefante y le dice:
Rodeado por aquella multitud de animales, se acerca un elefante y le dice:
- Nuestro difunto rey
nos comunica que está muy triste y decepcionado con lo que has hecho y tomará
cartas en el asunto.
- Disculpadme, no volverá
a suceder, acierta a balbucear el rey de la selva mirando al cielo con gran
nerviosismo y estupor.
- Para que te perdone
nuestro rey, tu arrepentimiento tiene que ser sincero -continuó el elefante-;
deberás ayudar, proteger y defender a ultranza a todos los animales de tu reino
hasta el fin de tus días. Sólo así se restablecerá el equilibrio y se
salvará tu alma...
El rey despertó de aquel
sueño tan profundamente arrepentido, que tomo la firme determinación de cumplir
su promesa hasta la muerte.
Tener un sueño es poseer la certeza de despertar en un mundo increíble y hacerlo creíble.
Tener un sueño es poseer la certeza de despertar en un mundo increíble y hacerlo creíble.
Y colorín, colorado...
Esta es una colaboración para este blog. Por lo que extiendo mi agradecimiento a Irene por habernos enviado este trabajo.
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