Por más que lo digan, no hay liquidez.
Hace
ya tiempo, prácticamente desde que fuimos conscientes de la magnitud de la
crisis, hemos venido escuchando con insistencia diversas teorías sobre la
financiación de las pequeñas empresas, los bancos, las ayudas, etc. Sin
embargo, la única realidad que azota a un empresario pequeño o a un autónomo es
la imposibilidad absoluta de acceder a ningún tipo de ayuda para sustentar su
negocio. Sólo queda ya la humareda de los que han
desaparecido, consumidos por la financiación fantasma.
Esta realidad produce un mapa de carencia económica que conduce al
cierre masivo de pequeños establecimientos que, en muchos casos, prestaban un
servicio de incalculable valor para el entorno donde actuaban. La crisis
económica acaba con todo. Nadie tiene en cuenta que son las pequeñas alternativas
económicas las que transforman el día a día de las personas, porque prestan
un servicio social al tener un contacto directo con la realidad, con las
limitaciones del poder adquisitivo, atiende las pequeñas necesidades, y si
cada día van desapareciendo más y más, pronto nos veremos obligados a renunciar
a las necesidades que antes cubríamos acudiendo a las tiendas del barrio.
@morguefile |
También
hemos visto a nuestros políticos rodearse de sus seguidores más fieles, para
presentar un escenario fotográfico repleto de gente, hablando
de las ayudas de
nuevas leyes, del compromiso de los bancos, pero, una vez más, la financiación
no aparece por ningún lado. Y los pequeños emprendedores, especialmente
aquellos que han trabajado con la administración pública, siguen ahogándose en
deudas obligadas.
Además asistimos en los últimos días a la extraordinaria capacidad de algunos, no de todos, para verbalizar la recuperación económica. No pongo en duda dicha recuperación, pero también me permito una pregunta a pie de calle: ¿cuándo podrán los pequeños empresarios, autónomos, familias endeudadas, etc., sentir las consecuencias de esa recuperación?
Sin embargo, existe una gran paradoja en todo esto: si quieres poner en marcha un negocio debes estar al día con todos los mandatos impositivos, lo cual supone que si has tenido una empresa que se ha visto obligada a cerrar por culpa de la crisis, exponiéndote a compromisos de pagos que aún no has podido cumplir, estás incapacitado para abrir otra. Aquí no se tiene en cuenta si has tenido que adelantar, por ejemplo, el IVA antes de cobrar las facturas, o si has tenido que cubrir los gastos impositivos antes que pagar a los empleados. Nada de eso importa, simplemente tu realidad no tiene valor o visibilidad para emprender nuevas iniciativas. Actualmente no existen fuentes de financiación, ni oficiales ni privadas, simplemente no existen.
Seguir a @RoberttiGamarra
Además asistimos en los últimos días a la extraordinaria capacidad de algunos, no de todos, para verbalizar la recuperación económica. No pongo en duda dicha recuperación, pero también me permito una pregunta a pie de calle: ¿cuándo podrán los pequeños empresarios, autónomos, familias endeudadas, etc., sentir las consecuencias de esa recuperación?
Sin embargo, existe una gran paradoja en todo esto: si quieres poner en marcha un negocio debes estar al día con todos los mandatos impositivos, lo cual supone que si has tenido una empresa que se ha visto obligada a cerrar por culpa de la crisis, exponiéndote a compromisos de pagos que aún no has podido cumplir, estás incapacitado para abrir otra. Aquí no se tiene en cuenta si has tenido que adelantar, por ejemplo, el IVA antes de cobrar las facturas, o si has tenido que cubrir los gastos impositivos antes que pagar a los empleados. Nada de eso importa, simplemente tu realidad no tiene valor o visibilidad para emprender nuevas iniciativas. Actualmente no existen fuentes de financiación, ni oficiales ni privadas, simplemente no existen.
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