No estamos todos en la misma bolsa
@morguefile |
Es verdad que no pocos personajes públicos nos han
sometido últimamente a innumerables disparates que, pretendidamente o no, ha
ido envenenando esa palabra hasta convertirla casi en un apelativo, como poco, peligroso.
Pero, en honor a la verdad, hemos de reconocer que no todos los políticos son
iguales, ni todos los médicos ni todos los carpinteros. Hay una cantidad enorme
de personas que hipotecan su tiempo y su esfuerzo en beneficio de otros, de los
ciudadanos. Muchos políticos nos han enseñado a través de la historia a
conjugar la honestidad con el poder, a pesar del esfuerzo de unos pocos por
convencernos lo contrario.
Pero la aclaración sensata de mi amigo, me llevó a
una pregunta: ¿por qué hemos asumido la globalización de los conceptos? Como si
haciéndolo fuésemos a comprender mejor sus motivaciones y fuésemos a plantear
mejores soluciones. Y lo que realmente hemos conseguido es alimentar una
hipocresía multifacética que vale para todo, especialmente para eludir nuestra
propia responsabilidad, porque con echar la culpa al concepto global ya creemos
estar fuera de los males que azotan a la sociedad.
Pero volviendo a la vilipendiada clase política, hemos
de reconocer que muchos ejercen sus cargos desde el interés por servir a los
demás. Otros no, abundan quienes se sirven del cargo y de los demás y, por desgracia,
la conciencia humana es más sensible a los despropósitos que a las virtudes y
muchas veces no somos capaces de separar los buenos de los malos, antes bien,
optamos por alejarnos de ellos con rictus despectivo. No debería ser ese el
camino, creo yo, porque la sociedad somos todos, nadie es ajeno a los
problemas, las mentiras, los engaños; al fin y al cabo, con distanciarse y
desentenderse sólo estamos legitimando a los mezquinos e indecorosos.
Estamos tan acostumbrados a creer cuando vemos un
arroyo que toda la corriente va al mismo sitio, pero dejamos de ver las gotas
que riegan los cultivos a su paso, las que abrevan los animales o las que refrescan
a los bañistas del calor sofocante.
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