@morguefile |
Las valoraciones finales nos llevan a considerar que:
El conocimiento profesional tiene fecha de caducidad si no se renueva o complementa continuamente. Alimentar la creencia de que dejando la universidad y con lo aprendido allí será suficiente, es un error. Cada tramo profesional requiere de ajustes e, incluso, de una formación mixta donde se combina el conocimiento sobre el terreno con la teoría, lo cual obliga a estar constantemente actualizándose para competir sin limitaciones.
Enlaces relacionados
- Primer paso hacia el éxito - Segundo paso hacia el éxito - Tercer paso hacia el éxito - Cuarto paso hacia el éxito - Trabajador pasivo |
No
existe el trabajo para toda la vida a pesar de desearlo con ahínco. Muchos han pagado
por ello, y al verse descabalgado del mercado laboral no encuentran la forma de
reinsertarse, por ser profesionales de una única labor, lo cual no se cotiza
tan alto como antes.
No hay que tener miedo a lo no profesional, no siempre se puede trabajar en lo que se ha estudiado en la universidad. Por lo tanto, cobra importancia mirar con proyección y asimilar los cambios como un enriquecimiento curricular, manejar nuevos conceptos, acudir a la fuente de la información y transformar los hábitos antes de que sea demasiado tarde.
Estar siempre preparado para cambiar, sin dejar de lado la profesionalidad y el compromiso con la tarea que se desarrolla, actualmente se valora mucho. Son cada vez menos las personas que se comprometen y se compenetran de verdad con sus tareas, debido sobre todo a la inestabilidad que predomina en el campo laboral.
Estar atento a uno mismo incrementa las posibilidades, aunque no sea la panacea del inquietante mercado de las mentiras; identificar las deficiencias personales e intentar fortalecerlas a través de nuevos valores, significa aceptarse profesionalmente. Observando con objetividad el entorno de los parados, se puede encontrar las respuestas. Cada vez son más las personas mayores que están empezando a estudiar, por ejemplo, informática. La pregunta es ¿están a tiempo de manejar office o de transformarse en un valor real? Me temo que no. Sin embargo, esa realidad se ha convertido en la excusa perfecta para llenarles las horas muertas que tenían, y resulta políticamente comprensible. Por desgracia, aunque manejen los programas con suma habilidad, ninguna empresa les contratará para sus servicios administrativos, porque la competencia en ese sector es descomunal y la edad determinante.
Es doloroso decir esto, pero desdeñar la realidad es entregarse al engaño, donde la confianza y la honestidad laboral son los únicos valores capaces de avivar el optimismo. Es decir, a pesar de los pesares, siempre hay una puerta de salida que lleva a la luz.
No hay que tener miedo a lo no profesional, no siempre se puede trabajar en lo que se ha estudiado en la universidad. Por lo tanto, cobra importancia mirar con proyección y asimilar los cambios como un enriquecimiento curricular, manejar nuevos conceptos, acudir a la fuente de la información y transformar los hábitos antes de que sea demasiado tarde.
Estar siempre preparado para cambiar, sin dejar de lado la profesionalidad y el compromiso con la tarea que se desarrolla, actualmente se valora mucho. Son cada vez menos las personas que se comprometen y se compenetran de verdad con sus tareas, debido sobre todo a la inestabilidad que predomina en el campo laboral.
Estar atento a uno mismo incrementa las posibilidades, aunque no sea la panacea del inquietante mercado de las mentiras; identificar las deficiencias personales e intentar fortalecerlas a través de nuevos valores, significa aceptarse profesionalmente. Observando con objetividad el entorno de los parados, se puede encontrar las respuestas. Cada vez son más las personas mayores que están empezando a estudiar, por ejemplo, informática. La pregunta es ¿están a tiempo de manejar office o de transformarse en un valor real? Me temo que no. Sin embargo, esa realidad se ha convertido en la excusa perfecta para llenarles las horas muertas que tenían, y resulta políticamente comprensible. Por desgracia, aunque manejen los programas con suma habilidad, ninguna empresa les contratará para sus servicios administrativos, porque la competencia en ese sector es descomunal y la edad determinante.
Es doloroso decir esto, pero desdeñar la realidad es entregarse al engaño, donde la confianza y la honestidad laboral son los únicos valores capaces de avivar el optimismo. Es decir, a pesar de los pesares, siempre hay una puerta de salida que lleva a la luz.
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