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El área en el que uno se ha formado profesionalmente, suele ser el tapiz sobre el que cualquiera deposita todo el esfuerzo para encontrar trabajo. Es normal que así sea, pero quizá haya llegado el momento de utilizar ese conocimiento formal para corregir la orientación, con el fin de ampliar el horizonte. Ese conocimiento formal aglutina infinidad de complementos que conforman el ADN profesional de una persona, y que también han actuado eficazmente para alcanzar el nivel de competencia actual.
Enlaces relacionados
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¿Qué quiere decir esto? Buscar trabajo, no
exclusivamente en el área profesional de formación, sino en cualquiera de las
áreas informales en la que se tenga experiencia. Esto conlleva entrar en una
dinámica de exploración empírica, donde valen tanto los conocimientos
informales como los formales. ¿Es esta la mejor opción? Probablemente, sí.
Porque el campo profesional se ha simplificado, permitiendo que algunas tareas
donde antes se precisaban de varios profesionales, ahora sean asumidas por una
sola persona.
No obstante, para emprender de esta manera es trascendental identificar las áreas donde el desempeño personal es mayor, para, a partir de ahí, intentar adaptarse al mercado y sus demandas. Para conseguirlo, será preciso tener:
La habilidad para manejarse ante las oportunidades laborales. Esta puede ser una ventaja para llegar a la puerta apropiada y ofrecer la marca personal al cliente más indicado. Una persona embarcada al cambio de ramo profesional debe ser hábil a la hora de incorporarse en el mercado, proponiendo alternativas interesantes, nuevos conceptos que, probablemente, no podrá justificar a través de títulos o de cualificaciones formales, pero lo solventará con habilidad para hacerse entender y demostrar la experiencia.
El conocimiento es el depósito que guarda toda la información adquirida a lo largo de los años, es el baúl personal donde acudir a recuperar piezas compatibles con la demanda del momento, con el fin de configurar alternativas ordenadas en la competitividad, calidad y responsabilidad. Aunando estos tres elementos se crea un compromiso firme con la tarea y sus derivados.
La oportunidad para entrar en el mercado en el instante oportuno, ni antes ni después, lo es todo. Mostrarse en el momento adecuado enaltece la oferta, la marca personal, y posibilita sacarle mayor partido al producto. No siempre se valora convenientemente el alcance de las cualidades personales, pero desconocerlas incrementa de forma sustancial la posibilidad de perder la oportunidad de satisfacer la gran demanda.
La flexibilidad para adaptarse a las demandas y a los nuevos tiempos otorga una ventaja incalculable. Entrar en el mercado laboral o empresarial que es ajeno a la formación adquirida, puede ser una gran barrera si no se sabe interpretar los ajustes necesarios para adaptarse. Pero, al lograrlo se configura una iniciativa capaz de satisfacer cualquier necesidad. Por lo tanto, es muy importante saber adaptarse a los movimientos que se producen en el entorno por donde uno se mueve.
No obstante, para emprender de esta manera es trascendental identificar las áreas donde el desempeño personal es mayor, para, a partir de ahí, intentar adaptarse al mercado y sus demandas. Para conseguirlo, será preciso tener:
La habilidad para manejarse ante las oportunidades laborales. Esta puede ser una ventaja para llegar a la puerta apropiada y ofrecer la marca personal al cliente más indicado. Una persona embarcada al cambio de ramo profesional debe ser hábil a la hora de incorporarse en el mercado, proponiendo alternativas interesantes, nuevos conceptos que, probablemente, no podrá justificar a través de títulos o de cualificaciones formales, pero lo solventará con habilidad para hacerse entender y demostrar la experiencia.
El conocimiento es el depósito que guarda toda la información adquirida a lo largo de los años, es el baúl personal donde acudir a recuperar piezas compatibles con la demanda del momento, con el fin de configurar alternativas ordenadas en la competitividad, calidad y responsabilidad. Aunando estos tres elementos se crea un compromiso firme con la tarea y sus derivados.
La oportunidad para entrar en el mercado en el instante oportuno, ni antes ni después, lo es todo. Mostrarse en el momento adecuado enaltece la oferta, la marca personal, y posibilita sacarle mayor partido al producto. No siempre se valora convenientemente el alcance de las cualidades personales, pero desconocerlas incrementa de forma sustancial la posibilidad de perder la oportunidad de satisfacer la gran demanda.
La flexibilidad para adaptarse a las demandas y a los nuevos tiempos otorga una ventaja incalculable. Entrar en el mercado laboral o empresarial que es ajeno a la formación adquirida, puede ser una gran barrera si no se sabe interpretar los ajustes necesarios para adaptarse. Pero, al lograrlo se configura una iniciativa capaz de satisfacer cualquier necesidad. Por lo tanto, es muy importante saber adaptarse a los movimientos que se producen en el entorno por donde uno se mueve.
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