Falta de compromiso con el puesto de trabajo.
@morguefile |
En
estos días hablábamos de la necesidad de estar compenetrado con el puesto de
trabajo para conseguir un desempeño idóneo y dejar de ser un trabajador pasivo. Además veíamos que la mayoría de
los casos en los que se producía esa disfunción sentimental entre el objetivo
del trabajador y la tarea que lleva a cabo, había jugado un papel preponderante
la crisis económica. Las personas son arrastradas por la necesidad hasta conformarse
con desempeñar tareas poco afines a su formación o preferencias personales.
Pero en esa revisión de manejo deficiente en un puesto de trabajo queda un tipo de trabajador que desempeña un papel destacado en la consecución de los objetivos de la empresa, y es: el trabajador apático. El que deja su expediente profesional en blanco, alejado de las tareas perceptivas o de los compromisos propios del puesto de trabajo. Es natural que las empresas hagan apuestas al contratar a un empleado para un determinado puesto, con el objetivo de mejorar el rendimiento de esa área y aumentar los beneficios. Pero no pocas veces se suelen encontrar con trabajadores completamente ajenos a la responsabilidad y, hasta incluso, la decencia profesional. Individuos que sólo aguardan el paso del tiempo, para cumplir con sus horas remuneradas con el menor esfuerzo posible y marcharse a casa.
Pero en esa revisión de manejo deficiente en un puesto de trabajo queda un tipo de trabajador que desempeña un papel destacado en la consecución de los objetivos de la empresa, y es: el trabajador apático. El que deja su expediente profesional en blanco, alejado de las tareas perceptivas o de los compromisos propios del puesto de trabajo. Es natural que las empresas hagan apuestas al contratar a un empleado para un determinado puesto, con el objetivo de mejorar el rendimiento de esa área y aumentar los beneficios. Pero no pocas veces se suelen encontrar con trabajadores completamente ajenos a la responsabilidad y, hasta incluso, la decencia profesional. Individuos que sólo aguardan el paso del tiempo, para cumplir con sus horas remuneradas con el menor esfuerzo posible y marcharse a casa.
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Hace
unos años, desarrollando un proyecto para la administración pública, me encontré
con un trabajador que había terminado tres carreras profesionales en el horario que
estaba presente en su despacho. Es decir, había aprovechado esas horas
remuneradas por la administración pública, en definitiva financiadas por los
ciudadanos, para mejorar sus titulaciones profesionales en lugar de realizar
las tareas para las que fuera contratado. Había intercambiado los roles, priorizando
el de estudiantes por el de empleado público, para así sacar adelante las tres
carreras.
Por un lado me sorprendió la falta de conciencia de esta persona hacia la responsabilidad que conlleva estar en un puesto de trabajo remunerado, donde todos esperan la ejecución de ciertas tareas, y desean mejorar el rendimiento de esa área. ¿Qué piensa una persona así? Sólo se me ocurren dos explicaciones posibles, la primera es que no quiere trabajar, se niega a adquirir ningún compromiso con el puesto de trabajo y se expone a ser despedido en cualquier momento. La segunda es una inconciencia inadmisible, una falta de respeto hacia la empresa o institución que le contrata y hacia los compañeros de trabajo que deben, seguramente, hacer un esfuerzo extra para que las tareas no realizadas estén hechas; y por último, los usuario o beneficiarios de esas tareas, que están necesitados de conseguir algo del puesto de trabajo donde el empleado pasivo está malgastando el tiempo.
Por otro lado me conmueve la falta de capacidad del área responsable de la selección del personal laboral, porque no fue capaz de identificar la indecencia profesional de la persona contratada. Quizá no sea posible identificarlo a tiempo, pero la experiencia me dice que este tipo de trabajador no puede formar parte de ningún equipo y debe ser eliminado en el menor tiempo posible. Además, adquirir este tipo de hábito es perjudicial para todos, sobre todo para el propio trabajador, que una vez se acostumbra a la pasividad ya no será capaz de reformarse.
Seguir a @RoberttiGamarra
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