Cuando alguien acude a una entrevista de trabajo,
normalmente, sabe a lo que se expone, por lo que se prepara para ofrecer una
información sana sobre sí mismo, en el menor tiempo posible. Estas entrevistas
no suelen ser individuales sino grupales, por lo tanto, una buena oportunidad para demostrar
soltura y habilidad para expresarse en público, etc. Sin embargo, con
frecuencia las entrevistas de trabajo se convierten en una batalla
campal, y antes de que la empresa decida sobre los candidatos, éstos buscan
eliminarse entre sí.
Los encuentros individualizados son cada vez más
escasos, por lo que es habitual acudir a una oferta de trabajo y encontrarse
con un gran número de candidatos con quienes compartir la entrevista. Donde
mejor se ve esta situación es en el ámbito del telemárketing, un escenario
idóneo para comprobar que muchos profesionales han perdido el estribo de sus
profesiones y ahora buscan refugio como teleoperadores para sobrevivir.
Enlaces relacionados
- Entrevistas de trabajo: cinco claves - Maltrato emocional del fracaso - Qué piensan los demás - Seis pasos para triunfar - Trabajos a tiempo parcial |
Empieza la batalla. Muchos ingenuos desconocen la dinámica de estas reuniones,
donde los aspirantes con mayor experiencia, no precisamente laboral, sino con
cientos de entrevistas a sus espaldas, intentan deshacerse de la competencia,
de la siguiente manera:
- Impidiendo al candidato novato a demostrar su capacidad de venta. Es habitual que el responsable de selección solicite una simulación de venta telefónica, donde uno actúa como vendedor y otro como posible cliente. Si el que asume el papel de cliente es alguien que buscan eliminar a la competencia, recurre a todos los medios a su alcance para cerrarle el paso a su contrincante, no le permite siquiera expresarse, impidiendo que la simulación dure más de uno o dos minutos. Esa estrategia destruye la autoestima y deja sin argumentos al postulante perdedor.
- Interrumpir continuamente es otra de las estrategias más habituales. Esta actitud puede interpretarse como un empeño por demostrar más conocimiento del que se posee, o manejo de las estrategias de venta, de los productos, de los perfiles de los posibles clientes, etc. Sin embargo, no por interrumpir más se convierte uno en el candidato ideal.
- Interviene en las exposiciones de los otros aspirantes, rectificándoles o agregando comentarios adicionales. Además de la evidente falta de educación, lo que se consigue con esta estrategia es soliviantar a los demás candidatos, donde el nerviosismo o la preocupación por buscar la palabra adecuada y no ser corregido empobrecen sus exposiciones. Es la forma de impedirles explicar debidamente lo que valen.
No obstante, mucho más allá de conceder garantía de
éxito, estas estrategias echan por tierra las posibilidades de muchos aspirantes,
que hubieran conseguido mejores resultados si se hubiesen concentrado en
resaltar sus virtudes en lugar de inmiscuirse en el tiempo de los otros. Desde
luego, hablar más que nadie o intentar demostrar más experiencia de lo
realmente demostrable, no mejora la valoración que los responsables de
selección hacen de los candidatos.
Por otro lado, ostentar amplio curriculums, producto de haber estado en infinidad de empresas o campañas, ejerce una influencia completamente inversa a lo deseado, que es experiencia y estabilidad, no un continuo deambular de campaña en campaña. Por lo tanto, cambiar continuamente de empresa no significa mayor capacidad, sino incapacidad para conservar un puesto de trabajo en un mismo sitio, por un periodo de tiempo razonable.
Por todo esto, es bastante complicado saber hasta qué punto vale la prudencia a la hora de exponer el curriculums o cuando es mejor atacar y dejar malherido a los otros candidatos.
Si te ha gustado este artículo, compártelo. Gracias.
Por otro lado, ostentar amplio curriculums, producto de haber estado en infinidad de empresas o campañas, ejerce una influencia completamente inversa a lo deseado, que es experiencia y estabilidad, no un continuo deambular de campaña en campaña. Por lo tanto, cambiar continuamente de empresa no significa mayor capacidad, sino incapacidad para conservar un puesto de trabajo en un mismo sitio, por un periodo de tiempo razonable.
Por todo esto, es bastante complicado saber hasta qué punto vale la prudencia a la hora de exponer el curriculums o cuando es mejor atacar y dejar malherido a los otros candidatos.
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