@morguefile |
En la
situación actual, donde la mayoría de las personas se debate entre el
empobrecimiento paulatino y el abandono, es imposible realizar un análisis
social sin introducir el elemento político en la mesa de discusión. Y en este
apartado, muy a nuestro pesar, la
decencia ha muerto, sin lugar a dudas.
Lo
poco que conservo de haber vivido la dictadura, la mayor parte lo intento
enterrar en el más absoluto olvido, me trae experiencias que no me gustarían reanimar,
como aquellas en donde la sociedad se vuelve tan corrupta como sus gobernantes.
Entiendo que la maldad es más combustible que la bondad, y eso era lo que
pasaba entonces, se encendían los ánimos hacia la desobediencia, cualquiera
podía ver la indecencia en sus políticos, lo cual les proporcionaba el engañoso
convencimiento de que ellos también podían delinquir sin recibir ningún castigo
por ello.
En
estos días alguien me decía que a partir de ahora se negaría a pagar los
impuestos correspondientes a su negocio, porque consideraba indecente hacerlo,
cuando los políticos se estaban apropiando de lo ajeno sin ningún rubor.
Intenté explicarle que esa era el peor camino a seguir, porque si todos nos
negamos a cumplir con nuestras obligaciones, pronto estaríamos en un caos sin
precedente que se llevaría todo por delante. Este comerciante prefirió cambiar
de tema antes que darme la razón; tal era su decepción que sólo el desacato le
parecía procedente.
Enlaces relacionados - La quiebra del sentido común - Quien se resigna pierde la identidad - La competencia - El peso de la palabra - Cómo no ser comida del paro |
Como
ya hemos visto varias veces en este blog, más
allá de analizar los problemas actuales como un acontecimiento externo, ajeno a
nuestra propia realidad, debemos mirar los factores que nos obligan a entenderlos
como una parte activa de nuestra vida. Al final, todos somos pequeños o grandes
comerciales, empresarios, incluidos los políticos. Pero, por desgracia, las prioridades
de la clase política se centran en sus compromisos partidistas, por lo que gran
parte de sus acciones se alejan cada vez más de sus obligaciones sociales. Para
algunos el excesivo compromiso con las deudas políticas le llevan a corromper la
decencia por completo.
En esa carrera alocada han perdido de vista a los emprendedores, a los trabajadores, a los parados, a los estudiantes, a toda la masa social que un día les aupó en lo más alto, depositando en ellos la confianza que ahora ha muerto casi por completo.
Por todo ello, no me cabe más que calificar el momento actual como pantomima política. Y como tal, tiene poco valor como herramienta social. Pero, no todos los políticos son malos, ni todos están desvinculados de la sociedad. Ese es el verdadero brote verde de la situación actual, en algún momento los más honestos se impondrán de nuevo a los más desvergonzados.
Seguir a @RoberttiGamarra
En esa carrera alocada han perdido de vista a los emprendedores, a los trabajadores, a los parados, a los estudiantes, a toda la masa social que un día les aupó en lo más alto, depositando en ellos la confianza que ahora ha muerto casi por completo.
Por todo ello, no me cabe más que calificar el momento actual como pantomima política. Y como tal, tiene poco valor como herramienta social. Pero, no todos los políticos son malos, ni todos están desvinculados de la sociedad. Ese es el verdadero brote verde de la situación actual, en algún momento los más honestos se impondrán de nuevo a los más desvergonzados.
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