Dar
un paso al frente es avanzar.
@morguefile |
Puede decirse que el miedo es el mayor
obstáculo para instrumentar una actividad, porque anula las virtudes de las
personas; las enfrenta a una situación hipotética que consume su voluntad de
actuar, con independencia del argumento o motivación. Prácticamente cualquiera
puede recordar cuando de pequeño se tapaba hasta la cabeza con la manta,
intentando protegerse del miedo, sin tener en cuenta que se estaba entregando a
la oscuridad completa. Eso en el ámbito de la acción personal o a la hora de
enfrentarse a una realidad social o de emprender una nueva iniciativa es un
gran inconveniente. Intentar protegerse alejándose del foco de la acción es
perjudicial para cosechar resultados satisfactorios, incluso para ponerse en
marcha en pos de un crecimiento, ya sea personal o profesional. No obstante, no
existe un remedio eficaz para eludir las consecuencias del miedo. De camino a
esa cura inexistente suele ser
habitual escuchar sentencias del tipo: para
vencer el miedo tienes que enfrentarte a él. Un discurso fácil de exponer
pero difícil de practicar.
En
el ámbito del emprendimiento el miedo es constante, porque cualquier acción que
se pretende llevar a cabo, está sujeta a un análisis exhaustivo de las posibles
consecuencias, de los probables contratiempos, de las dimensiones del virtual
fracaso. Es natural estar atenazado por la posibilidad de poner en marcha una
actividad y no poderla llevar a buen puerto. Sin embargo, mi recomendación es
empezar el análisis de los elementos al revés, anteponer los puntos fuertes a
los puntos débiles. Analizar primero los elementos que llevarán al éxito,
identificar lo positivo, las áreas donde mejor se desenvolverá la
acción, de ese modo, no quedará tiempo para ver las amenazas, siempre irreales,
que impiden dar el paso al frente.
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