sábado, 21 de diciembre de 2013

Ponerse en acción

Nunca fue tan importante renunciar a la pasividad.

Ponerse en acción
@morguefile
“¿Qué es esto del Interés Productivo?”, me interpeló una mujer a la salida de un encuentro informal. “Es una herramienta para ponerse en acción, respondí sonriente, seguro de haber definido mi producto con las mejores palabras. “¿Y eso qué significa?”, insistió ella, echando por tierra mi festiva ostentación. Tardé un rato en articular una explicación didáctica que apenas sirvió para satisfacer la curiosidad pasajera de mi interlocutora, quien sonrió con mi forma de explicar más que por el peso de mi argumento. 

Esas inquisiciones me hicieron ver la necesidad de anteponer la sencillez a la grandilocuencia para llegar a las personas. Es verdad que hoy en día el conocimiento está al alcance de las manos, abundan los documentos o las plataformas con contenidos didácticos, pero la dificultad para acercar el rebaño al abrevadero es muy grande. Sacar a alguien de su estado de pasividad es harto complicado. Es fácil nutrir nuestra curiosidad en cualquier área de interés, incluso sin movernos de nuestro estado de reposo, pero lo que buscamos nosotros es acción. Eso es Interés Productivo, convertir el estado de pasividad en conocimiento activo, aprender a ponerse en acción. En este proceso de aprendizaje para actuar, nos valdremos de una pregunta sistemática: ¿cómo lo haremos?

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Las personas actualmente llevan a cuesta los conocimientos adquiridos, sin embargo, sólo unos pocos los emplean en nuevas iniciativas. La mayoría se los quedan como un atrezo más de su estructura vital; no son capaces de aplicarlos a nuevos valores; en síntesis, una vez alejados de la fuente de utilidad habitual, no les sirve de nada la información acumulada durante años. Es tan importante recibir información como saber aprovecharla. No obstante, esa pasividad no es culpa de nadie, sino de la falta de recursos para aplicar lo acumulado. Carecemos de entrenamientos para desenvolvernos fuera de nuestro hábitat laboral, por poner un ejemplo, o en nuestras relaciones. Por más fracasos que llevemos a cuesta, a veces no somos capaces de aprovechar las consecuencias de los errores pasados para mejorar y procurar un entendimiento más sano o más duradero.

En el ámbito laboral esta situación es manifiesta. El inmovilismo es el veneno que atenaza a muchas personas que, de la noche a la mañana, se han encontrado sin trabajo. Están incapacitados para plantear alternativas y abandonar ese círculo de inactividad laboral. Podrían, seguramente si tuviesen los recursos, salir adelante valiéndose de sus conocimientos, pero no lo hacen porque no saben cómo hacerlo. El objetivo del Interés Productivo es convertir la información recibida en nuevas fuentes de acción. ¿Cómo lo haremos? Construyendo herramientas idóneas para actuar, definiendo objetivos, estudiando el campo de acción y aprovechando los pequeños matices que ofrece el mercado en términos de posibilidades comerciales. Esta propuesta se fundamenta en aprender y actuar, adquirir los conocimientos y ponerlo en práctica, estudiar las posibilidades y pasar a la acción.

No es imperativo recurrir a grandes definiciones ni a esos alardes publicitarios que tanto emocionan a algunos, para satisfacer la necesidad de las personas. Simplemente con centrar el esfuerzo en articular una herramienta eficaz para enseñarles a aprovechar sus conocimientos, sus experiencias, sería suficiente. Ha llegado la hora de renunciar a los grandes espectáculos sociales que parecen capaces de solucionar todos los problemas, y la de aprovechar los pequeños detalles, los momentos, las nuevas ideas. Éste será un camino largo y tortuoso, pero sólo las pequeñas cosas volverán a acercar a las personas.

      

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