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@morguefile |
Lo que cuento a continuación es una historia
real, la peripecia de un amigo al intentar darse de baja de autónomo, por una
necesidad extrema, pero se resigna a una decepción administrativa
incalculable.
Este emprendedor, en compañía de una amiga
suya, creó una sociedad y puso en marcha una actividad comercial hace cinco
años, en el ámbito del transporte. Sin embargo, arrastrado por la crisis, no
consiguió sostener su propuesta en el sector, lo cual le obligó a cerrarla dos
años más tarde. Como toda pequeña empresa, había encomendado la gestión
administrativa a una gestoría especializada que se encargaba de todo el papeleo
legal. Estos gestores recomendaron olvidarse de la empresa, “la dejamos morir”, dijeron, lo cual
parecía una propuesta lógica para ahorrar costes de papeleos.